Micaela García PRESENTE

Eran casi las cinco de la tarde y fui llegando hacia vos, o vos viniste llegando hacia mí. Me mirabas desde el homenaje que las pibas que tienen la bandera de tu lucha decidieron hacerte, vos siempre presente vas a estar. Los ojos en desafío y la sonrisa de sueños por mil, la pasión de la juventud en tu retrato, ideales en pecho. Saludé y me quedé mirándote, así como perdida, medio encontrada, no me salía pedirte más que perdón, porque alguien tiene que hacerlo y porque la Justicia todavía no lo hace. Perdón porque te encontraste con lo peor de esta Suciedad que si te matan pregunta por el largo de la pollera y si aparecés viva dice que sos una "Puta de mierda" que se fue "caliente atrás de una pija", como si fuera malo que una mujer estuviera "caliente" o peor que estés viva. Guarda que la figura de la mujer dueña de su sexualidad no es bien recibida, asusta se ve. No vaya a ser que te des cuenta que no sos objeto de nadie y les quieras armar una revolución.

Me mirabas y me hacía la fuerte para no llorar (te), porque si arrancaba no iba a parar y era momento de prestarte la voz como vos nos la prestabas a todas. De a poco se iba llenando la plaza y adónde miraras había gente que venía a pelear tu lucha, qué lindo, Mica, qué feo, Mica.

Quisiera haber llevado una buena cámara para mostrar lo que veía, pero tuve mis ojos y tengo estas palabras para intentar explicar. Dentro del dolor miraban sonrisas cómplices, de amigas que se acompañaban alentándose; abrazos interminables que intentaban emparchar las almas; rostros que cargaban el dolor de años de silencios y hambre, hambre de respeto e igualdad. Y sed, sed de volver tranquilas a casa.

Te marchamos, te llamamos, te cantamos, te respetamos en silencio, te rezamos, te recordamos, te prometimos, te seguimos luchando, te buscamos, te encontramos, te hablamos, te pedimos fuerzas, te dimos fuerzas, te escuchamos, te tuvimos... siempre ahí. 

Casi al final, cuando estábamos cerca de la Municipalidad unas finas gotas nos tocaron desde arriba y supimos nuevamente que ahí estabas. El coro te habló:
-MICAELA GARCÍA
-¡PRESENTE!
-HOY
-¡Y SIEMPRE!

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